Venezuela despierta con la derrota en sus manos. Luego de una impresionante ronda inicial, en la que se ganaron todos los juegos con margen de carreras importantes, la selección vinotinto del béisbol cayó ante Estados Unidos con pizarra de 9 carreras por 7 en Miami para cerrar su participación en el certamen.
Los criollos no tuvieron su mejor presentación en cuanto a pitcheo en los cuartos de final, sin embargo este punto se convirtió desde un principio en un elemento destacable durante todo el torneo. A pesar de que no se obtuvo un «final feliz», el desenlace de los criollos en la cita mundial es destacable.
El pitcheo venezolano
Uno de los puntos a tomar en cuenta de este torneo fue el cuerpo de lanzadores. Venezuela apenas permitió nueve carreras y 33 indiscutibles en la primera ronda, registro que no solo escenifica la capacidad de los pitchers criollos de ejecutar innings en cero en momentos de apremio, sino también el respaldo ofensivo y defensivo nacional, este último apenas cometió dos errores.
Sus mejores desde el morrito fueron los abridores Pablo López y Luis García, mientras que desde el bullpen brilló José Ruíz, Silvino Bracho y los zurdos Quijada-Alvarado. En la suma del registro de los serpentineros mencionados, a quienes se le acredita parte del éxito en este torneo, trabajaron por espacio de 23.0 innings de labor, permitieron tan solo 12 indiscutibles y poncharon a 28 bateadores a los que enfrentaron.
Salvy comandó la ofensiva
En un principio, hubo mucha incertidumbre en cuanto a cuál de los maderos criollos iba a responder con creces durante el torneo. A algunos le faltó tiempo para estar a tono, mientras que a otros simplemente no les fue bien. Sin embargo, los más destacados al bate por Venezuela, además de decisivos, fueron Luis Arráez, David Peralta, Salvador Pérez y Anthony Santander.
Santander no solo sorprendió en los primeros dos juegos. Nadie contó con su aporte de inmediato en las primeras de cambio, sin embargo sus batazos permitieron que los venezolanos conquistaran sus primeros triunfos. El jardinero de los Orioles de Baltimore terminó su accionar con promedio al bate de .353 con dos cuadrangulares y cinco carreras impulsadas en 17 turnos al bate.
Por su parte, lo que hizo Salvador Pérez era un elemento a esperarse, para nada sorpresivo. El receptor pegó seis hits, cuatro de ellos fueron dobletes, conectó tan solo un cuadrangular pero impulsó seis carreras vitales para consumar triunfos en la ronda inicial, además contribuyó ante Estados Unidos.
Arráez tenía tan solo una tarea, pero terminó cumpliendo más de lo exigido. El campeón bate de la Liga Americana, que ya se comprobó la razón por la cual se adjudicó dicho premio, fue el slugger en un equipo repleto de estrellas ante Estados Unidos. El hábil bateador pegó apenas cuatro hits en el certamen, dos de ellos cuadrangulares, pero su capacidad con hombres en posición anotadora le permitió registrar cuatro impulsadas a la causa criolla.
Peralta demostró la razón por la cual posee más de 9 temporadas en el mejor béisbol del mundo. Su presencia mostró autoridad y temor a los rivales, ya que estaban frente a uno de los jardineros con mayor capacidad de contacto del torneo. Peralta no solo ha dado más de 100 jonrones en Grandes Ligas, sino también ya superó los 1000 indiscutibles en el sistema. Su participación con la casaca nacional se transformó en cinco hits, par de dobles y cuatro impulsadas, para un promedio al bate de .357.
Trago amargo en cuartos
El batazo de Turner tuvo dos aristas. La primera de ellas es el conteo en el que Bracho dejó al bateador, en cuenta de 0-2 repitió la dósis con una especie de recta con movimiento -en el que pareció ser un slider sin éxito- en la parte media baja de la zona de strike. No existió conversación alguna por parte de Salvador Pérez y mucho menos un acuerdo entre ambos para engañar al bateador con el repertorio de quebrados que le permitió a Bracho llegar a Grandes Ligas.
Como segundo punto, la indecisión de traer a Alvarado desde el bullpen para sacar el cero. En declaraciones de Omar López, el zurdo no estaba listo. Sin embargo, en el marco de la circunstancias, unos cuantos pitcheos eran suficientes para traer al zurdo con la recta más poderosa del bullpen. Sin embargo, su ingreso se dio ya después de que el daño ya estaba hecho.
El invicto fue intervenido, pero se jugó béisbol con garra. Venezuela se despide del certamen con sabor amargo, con mirada al horizonte y sin poder otorgarle a Miguel Cabrera un título para despedir una carrera más que exitosa. Los criollos tuvieron en sus manos la posibilidad de consagrar al pelotero venezolano con el mejor talento del mundo. Sin embargo, lo demostrado en cada una de las facetas del juego permite vislumbrar un futuro promisorio.